

Supongo que en el 1808 los animales convivían estrechamente con los humanos, vivían, comían y compartían con ellos los mismos caminos.
Quizá por eso la recreación de un mercado goyesco permite contemplar tamaño desaguisado de basuras en la entrada principal, bajo el puente; poneys -ilusión de los más chicos- que van dejando sus animales descargas en medio del paseo entre chiringuitos o tiendas. No importa el género -vasijas, collares, pasteles o pulpo-. El olor a excrementos junto a la comida quizá rememore el estilo de vida de hace doscientos años.
Quizá por eso la recreación de un mercado goyesco permite contemplar tamaño desaguisado de basuras en la entrada principal, bajo el puente; poneys -ilusión de los más chicos- que van dejando sus animales descargas en medio del paseo entre chiringuitos o tiendas. No importa el género -vasijas, collares, pasteles o pulpo-. El olor a excrementos junto a la comida quizá rememore el estilo de vida de hace doscientos años.

No hay comentarios:
Publicar un comentario